Los alimentos que tomamos en nuestra dieta diaria aportan a nuestro cuerpo  unas cantidades específicas de nutrientes. El conjunto de ellos, constituyen el aporte de energía, de vitaminas, de minerales y de proteínas que determinará las características de nuestra dieta.

El valor nutricional está constituido por las kilo calorías (Kcal), %CDO, proteínas, hidratos de carbono, azúcar, grasas, grasas saturadas y sodio.

Pensamos que todas las comidas deberían llevar las mínimas calorías posibles porque sobre pasar el límite de calorías recomendadas al día no es bueno. Esto no significa, que no haya que tomar calorías, al contrario, debemos consumirlas pero sin sobrepasarse. A nuestra edad tendríamos que ingerir aproximadamente unas 1800 Kcal al día, por lo que si se consume de más, el peso subirá, sin embargo, si se consume menos, el peso bajará.

Es mejorable nuestra dieta ya que podríamos incorporar más nutrientes y de esta forma completar nuestros hábitos alimenticios.

Desde nuestra perspectiva, nuestros hábitos alimenticios de hoy en día son menos saludables debido, en cierta parte, a los restaurantes de comida rápida ya que son baratos y cómodos. En nuestra opinión, años atrás era más fácil comer sano porque no era tan habitual ir a esos sitios y obviamente en casa, se come mejor.

Por ejemplo, una hamburguesa  del McDonald’s tiene la siguiente información nutricional: 495Kcal,  27g de proteínas, 25g de grasa, 40g de hidratos de carbono y 2,3g de sodio.

Y comparando, con un plato de lentejas, su información nutricional en cuanto a las grasas es de 1,2 g y en cuanto a las calorías 320Kcal. Por lo tanto esto demuestra que es mucho más sana la comida de casa y todos deberíamos adaptar nuestra dieta para que sea lo más saludable posible.

En conclusión, puede que comer comidas no muy sanas sea lo más rápido y fácil pero debemos pensar en las consecuencia y en lo que es mejor para nuestro organismo.

 

 

 

 

 

 

Ha sucedido un robo de unas tablas nutricionales a unas alumnas de tercero de ESO el día cinco de noviembre del dos mil quince en las instalaciones del colegio Hijas de San José, en Zaragoza.

 

 

 

Al parecer, hoy día cinco de noviembre del dos mil quince, ha ocurrido un inesperado robo que nos ha dejado a todos boquiabiertos. El robo se sabe que ha sido aproximadamente a las ocho de la mañana, la hora de entrada de los alumnos de ESO.

A esta hora, tres alumnas de 3ºA, junto a sus compañeros, han marchado a la biblioteca para continuar con un proyecto de la asignatura. Una vez ahí, ha sido cuando se han dado cuenta de que las tablas nutricionales de los alimentos no aparecían en sus mochilas. Rápidamente han ido a contárselo a su profesora. Estaban muy seguras de que las habían traído. Esas tablas eran esenciales ya que toda la nota de la asignatura rondaba a ellas, además de todo el trabajo que les había supuesto hacerlas.

En ese momento, una de ellas recordó los todos los valores nutricionales del arroz (130Kcal, 28g de hidratos de carbono, 0,1g de azúcar, 0,3g de grasas, 2,7g de proteínas, etc.).

Ahí fue cuando pensaron que tal vez tenía solución el tan grave problema que se les había planteado. Tenían una hora para hacer todo lo que habían hecho en cuatro sesiones y pensaron que iba a ser imposible acabarlo a tiempo. Así que se dividieron el trabajo entre las tres.

Cada una del equipo trabajando duro, recordando todos los datos de todos los alimentos, haciéndolo lo más rápido posible. Sus cabezas solo pensaban en los hidratos de carbono, calorías, grasas, proteínas… en ese momento solo tenían memoria para eso y les ayudaba a concentrarse y a ser eficaces.

Al terminar la hora, las alumnas se quedaron asombradas de todo lo que habían podido hacer en tan poco tiempo. No habían tenido obstáculo alguno que les impidiese hacer lo que ellas se proponían. Por lo tanto, lo que al principio parecía tan importante como el robo de las tablas, al final ha acabado siendo una experiencia más que les ha servido a estas tres alumnas para darle prioridad a lo que de verdad lo merece.